sábado, 8 de junio de 2013

José Nonó (1776-1845)

José Jacobo Juan Nonó. *San Juan de las Abadesas, Gerona, 1776- † Madrid, 1845. Compositor y fundador del primer Conservatorio de Música privado establecido en Madrid.

José Jacobo Juan Nonó nació en San Juan de las Abadesas, Gerona, en 1776. En agosto de 1800 ya se encontraba instalado en Madrid, en la calle de San Lorenzo nº 15, donde realizaba trabajos de composición. Saldoni afirma que en 1805 fue nombrado “compositor de la Real Cámara de Carlos IV”, cargo que supuestamente mantuvo hasta la Guerra de la Independencia en 1808[1]. En 1814 solicitó al rey Fernando VII ser nombrado compositor de música de la Real Cámara, y el 5 de julio de 1814, tras el estreno de su Te Deum[2] en la Real Cámara de Fernando VII, el soberano se comprometió a otorgarle un puesto de músico en la corte; pero a la vista de que la promesa no llegaba a cumplirse, en 1816 decidió establecer un almacén de música en la madrileña calle de la Luna nº13. Además de la venta de partituras, en este almacén promovió la impresión de obras musicales junto al estampador catalán Pedro Ardit y Quer. A partir de noviembre de 1816 obtuvo permiso real para establecer un Conservatorio de Música en Madrid[3], cuya sede albergó en el mismo local en el que se encontraba su almacén de la calle Luna nº 13. Allí permaneció el Conservatorio hasta marzo de 1818, fecha en la que lo traspasó a una segunda dirección en la madrileña Corredera Alta de San Pablo nº 12, frente a la calle de la Cruz del Espíritu Santo. El músico ejerció de director del Conservatorio compaginando este cargo con los de profesor de música del Real Colegio de Madrid, director de orquesta en diferentes eventos públicos y el de compositor. A pesar de sus esfuerzos, la inestabilidad política reinante en el país le obligó a cerrar el Conservatorio en 1822[4]. Se trasladó a vivir a la madrileña calle de la Ballesta nº12, en la que realizó trabajos como compositor[5] y arreglista, e impartió clases particulares de composición. Unos años más tarde, en 1828, elevó un nuevo proyecto a la corte solicitando la reapertura del Conservatorio. Una vez otorgado el correspondiente permiso, puso en marcha el establecimiento docente en su nuevo domicilio de la calle de la Ballesta nº12, que mantuvo abierto por un periodo de tres años; hasta que en 1832, vistas las penurias financieras en las que se encontraba y no pudiendo hacer frente a la competencia que suponía el Real Conservatorio de Música y Declamación de Mª Cristina inaugurado en julio de 1830[6], tuvo que cerrarlo. El 24 de febrero de 1833 fue nombrado “maestro de solfeo de alumnos externos” en el citado Real Conservatorio[7]. En 1834 realizó un viaje a París para “adquirir algunos conocimientos [que necesitaba] para publicar su Diccionario músico”[8]. Ejerció el cargo de profesor hasta mayo de 1835, fecha en que fue sustituido por Manuel Moya[9] y falleció en Madrid en 1845.

Obras instrumentales:
v  Sinfonía para gran orquesta: Romanze, Minuetto-Trio, Allegro (con violines, violoncello y contrabajo, flauta, oboes, clarinetes, trompas y fagotes), 1809 [AGP, Real Capilla, Secc. Música, caja 1075, exp. 2100].
v  Siguidillas [sic] manchegas del teatro del Príncipe, arregladas al Forte-Piano por Nonó, obra 1ª [1818] [BNE, MP/4602/26(2) y R/62550] [BMAM/ S4].
v  Boleros que se bailan en los teatros de la Corte, puestos para piano [por José Nonó], obra 2ª. Madrid, Ymprenta de Música del Conservatorio, se hallará en la librería de Rodríguez y en la calle de la Luna, casa nº 13 [1818] [BNE, MP/4602/26(1)].
v  Vals de S.M. la Reina de España,  compuesto para música militar y arreglado al [para] forte-piano por José Nonó, obra 3ª. Madrid [s.n.] [1817] [BNE, MP/4602/26(3) y R/62551].
v  Marcha Real de España, para guitarra por N., obra 4ª. [Madrid] se hallará en el almacén de música de los Sres. Nonó y Ardit, calle de la Luna, nº 13 [BNE, MC/4104/39 y R/62552].
v  Vals de S.M. la Reina de España, para guitarra, compuesto por D. J. N., obra 5ª[10]. Se hallará con otras obras en el almacén de música de los Sres. Nonó y Ardit, calle de la Luna, nº 13 [1817] [BNE, R/62553].
v  Boleros que se bailan en los teatros de la Corte, puestos para guitarra, por José Nonó, obra 7ª. Madrid, se hallará en la librería de Rodrígues y en la calle de la Luna, casa nº 13 [1817] [BNE, MC/4104/42].
v  Marcha Real de España, puesta para forte-piano por D. J. N., obra 8ª, almacén de música de las Sres. Nonó y Ardit [1818] [BNE, MP/4602/26(11)].
v  Primera colección de Valses para forte-piano: nº1 Vals de S.M. el rei [sic] de España, corregido y aumentado por Nonó; nº2 Vals del suspiro para forte piano por Nonó; nº3 por W.M.; nº4 composición de D.J.C. pianista de cámara de S.M.C.; obra 9ª. En la librería de Rodrígues Calle de Carretas y en el almacén de Música de los Sres. Nonó y Ardit, Calle de la Luna [BNE, MP/4602/21 y R/6558].
v  Contradanza de S.M. la Reina de España, puesta para guitarra por José Nonó, obra 11ª. Madrid, Ymprenta de Música del Conservatorio [1819] [BNE, MC/4104/43].
v  Contradanza de S.M. la Reina de España, obra 12ª. Madrid, Ymprenta de Música del Conservatorio [1819] [BNE, MP/4602/26(6)].
v  Marcha tártara, arreglada al forte piano y Wals el Delicioso, [por Nonó] obra 14ª. [Madrid] [Imprenta de Música del Conservatorio] [1819]  [BNE, MP/4602/26(8)].
v  Manchegas del Teatro del Príncipe, arregladas al piano forte por D. J. Nonó, [s.l.] [s.n.] (Anotación mss.: "Estas son las seguidillas llamadas vulgarmente del pito") [BNE, MP/4601/5].
v  Marcha del tamberlan y Vals del cometa, [Nonó] [s.l.] [s.n.] [Madrid, Ymprenta del Conservatorio] [1820] [BNE, MP/4602/26(10)].
v  Wals del Rey de España para piano forte, sacado de un dúo de la ópera Moisés en Egipto [Rossini, Gioachino] por J. Nonó. [Madrid] Calcografía Lodre [1830] [BNE, M.REINA/28(4)].
v  Tanda de rigodones sobre la ópera del Moisés en Egipto [Rossini] puestos para forte piano por D. José Nonó. Madrid, Bartolomé Wirmbs [ca. 1817] se hallará en la librería de Hermoso frente las Covachuelas [BNE, MC/4933/47, 48, 49] [BMAM, Depósito Q 20].
v  Tanda de rigodones por D. Andrés Belluzzi y puestos al piano forte por José Nonó. Sacados de algunos intentos de las óperas de Rossini. [Madrid] B.Wirmbs [182?] [BMAM, L 33].
v  Segunda tanda de rigodones compuestos por D. Andrés Belluzzi, puestos para piano forte por J. Nonó [Madrid] [s.n.] Librería de Sanz, calle Carretas [182?]. Dedicado a la señorita C.S. [BMAM, L 22 0101886162] [sello D. J. Nonó].  
v  Rigodones de la ópera Los pretendientes compuestos para forte-piano por Nonó [Madrid] [s.l.] [s.n.] [BNE, Mp/4603/17, 18,19].
v  Variaciones romanas para piano forte sobre la cavatina Bell´alme generose del maestro Rossini. Madrid [s.n.] [BMAM, Depósito Q 20].
v  Wals de Tebaldo e Issolina en la cavatina, de A. Lefébure-Welly, por J. Nonó, [Madrid] Hermoso [182?] [BMAM, Depósito MP 1337].
v  Wals grande sobre los coros de La cenerentola en los versos “Noi voleremo, domandaremo” del maestro Rossini puesto para forte piano por J. Nono. Madrid, Bartolomé Wirmbs, se hallará en la librería de Sanz y en la de Hermoso frente a San Felipe el Real [BMAM, Q20].
v  Marcha que toca el regimiento del Ynfante D. Carlos puesta para piano forte por D. J. Nonó [Madrid] [s.l.] [s.n.] [ca. 1830] [BNE, MC/4933/46].
Obras vocales:
v  Te Deum.
v  Dúo bufo a toda orquesta en la ópera Zemira e Azor [ca.1820] (mss.) [BNE, MC/4365/4].
v  Come rápida si vede, polaca, voz con acompañamiento de orquesta [BNE, MC/4365/5].
v  Polaca para voz de bajo, obligada de fagotte, con violines, flauta, oboes, clarinetes, trompas, fagottes, viola y bajo por J. Nonó, director del Conservatorio, 1818 (mss.) [BNE, M/1523(1)].
v  Música imitativa, aria bufa [con acompañamiento orquestal] [Madrid] [s.l.] [s.f.] [BNE, M/1523(4)].
v  España, para canto y piano [Madrid] L[eón] Lodre, bajada de Santo Domingo 1 [ca. 1831] [BNE, M.REINA/28(8)] [RCSMM, 1/8303].
v  El Marinero y su morena [con acompañamiento de piano] [RCSMM, 1/ 11737].
v  El Marinero, coro y aria de bajo, 1837 [RCSMM, 1/ 15873].
v  Aria y armonía 5a.: Caprichosa [la letra del aria es “Cuando parto, e non rispondo”, en la ópera del Temistocles de Metastasio, acto 2º, escena 3ª] (mss.) [BNE, MP/5348/4].
Obras didácticas:
v  Escuela completa de música: sistema fundado en la naturaleza, en la experiencia de los mejores profesores y en las observaciones de los filósofos más ilustrados. Madrid, Imprenta que fue de Fuentenebro, 1814 (estampador Vicente Pascual) [BNE, M/878, M/2811] [RCSMM, Villar 371] [RABASF, A-1788].
v  Método de piano conforme al último que se sigue en París, arreglado por D. José Nonó, director del Conservatorio de Música de esta Corte. Madrid, Imprenta de Aguado y Compañía, 1821 (estampador Bartolomé  Wirmbs) nº de plancha 55 [BNE, M/270] [BNE, MP/4602/23, 24].
v  Gran mapa armónico que contiene todos los materiales de la ciencia de la música o la composición moderna [Madrid] León Lodre, bajada de Santo Domingo 1, 1829 (estampador Repullés), [BNE, M/1885].
v  Gran solfeo del Conservatorio de Madrid [1833] [RCSMM, 4 GOMBAU 7533(15)].






[1] SALDONI, Baltasar, Diccionario Biográfico-Bibliográfico de Efemérides de Músicos Españoles, Jacinto Torres (dir.), Madrid, CEDOM, 1986, pp. 394-395. El Expediente personal de José Nonó se puede consultar en el Archivo General de Palacio (AGP), caja 743/37.
[2] La partitura del Te Deum de José Nonó se puede ver en: AGP, Legajo 1001, partitura 1305.
[3] Archivo Histórico Nacional (AHN), Consejos: Recreos y Festejos Públicos, Legajo 11.415, nº 128. Más información sobre el Conservatorio de Música de José Nonó en: CUERVO, Laura, “José Nonó (1776-1845), compositor que fundó el primer Conservatorio de Música de Madrid”, Anuario Musical, 67 (2012), pp.133-151.
[4] AHN, Consejos: Recreos y Festejos Públicos, Legajo 11.415, nº 128.
[5] Existen numerosos anuncios de venta de sus obras en el Diario de Avisos: 29 de octubre de 1825, 8 de abril de 1826, 2 de agosto de 1827, 10 de octubre de 1827, 13 de febrero de 1829, 16 de febrero de 1829.
[6] Diario de Madrid, 24 de julio de 1830.
[7] Real Conservatorio Superior de Música de Madrid (RCSMM), Archivo, legajo 2/ 39/1.
[8] RCSMM, Archivo, legajo 2/ 56/ 1.
[9] RCSMM, Archivo, legajo 2/ 150/ 1.
[10] Faltan las obras nº 6, 10, 13 en la numeración correlativa que sigue hasta el nº 15.


Texto tomado de la introducción de la publicación:

Seis Sonatas para el Piano Forteed. Laura Cuervo, Fundación Gustavo Bueno, Santo Domingo de la Calzada, 2012.

miércoles, 5 de junio de 2013

Francisco Hernández Illana (ca.1700-1780)

Francisco Hernández Illana. *España, ca. 1700. † Burgos, 9-V-1780. Compositor.


                Año y lugar de nacimiento
Se desconoce por ahora el año y lugar de nacimiento de Francisco Hernández Illana. Posiblemente nació hacia 1700, teniendo en cuenta que hacia 1725 ya era maestro de capilla de la catedral de Astorga. La familia Hernández Illana procedía de Lubiano (Álava), aunque no puede asegurarse que Francisco Hernández Illana naciera en este lugar. Sabemos que la familia tenía ahí sus orígenes porque, a partir de 1767, Francisco Hernández Illana y su hermano José Vicente pretendieron que la Junta de hijosdalgo de Elorriaga les incluyera en la lista de hijosdalgo como “descendientes del lugar de Lubiano”. La Junta, en una reunión extraordinaria celebrada el 11 de julio de 1767, negó tal pretensión “por no acostumbrarse el alistamiento de quienes no son vecinos con casa abierta”[1]. La familia Hernández Illana recurrió esta decisión y emprendió un pleito ante la chancillería de Valladolid[2]. El tribunal dio finalmente la razón a la familia Hernández Illana y obligó a la Junta a inscribir a la familia en la lista de hijosdalgo de la localidad de Lubiano, cosa que se hizo el 31 de marzo de 1773[3].

                Maestro de capilla de la catedral de Astorga
 Desgraciadamente, la documentación del archivo de la catedral de Astorga se ha perdido debido a un gran incendio ocurrido en 1905. No se puede, por tanto, determinar cuándo empezó Francisco Hernández Illana a ejercer el cargo de maestro de capilla en Astorga ni de dónde vino. Posiblemente sucedió a Francisco Pascual, que fue maestro de capilla de la catedral de Astorga entre 1719 y 1723, año en que marchó a la catedral de Palencia. Sabemos que durante esta etapa Hernández Illana compuso un oratorio dedicado a San Miguel. Uno de estos oratorios se conserva actualmente en el archivo de la Congregación de San Felipe Neri de Palma de Mallorca y se titula La Soberbia abatida por la Humildad de San Miguel [4].

                Maestro de capilla del Corpus Christi de Valencia
En 1728 Francisco Hernández Illana se presentó a las oposiciones al magisterio de capilla del Colegio del Corpus Christi de Valencia, vacante por la muerte del anterior maestro de capilla, Pedro Martínez de Orgambide. Estas oposiciones fueron concurridas, presentándose a ellas, además de Hernández Illana, los maestros de capilla de las catedrales de Murcia, Tortosa y Tudela. Se presentaron también el maestro de la colegiata de Rubielos, los organistas de las parroquias de Onteniente y Castellón y el maestro de capilla del Pilar de Zaragoza, Luis Serra (1680-1758). Resultó elegido de entre todos ellos Francisco Hernández Illana, que ocupó la plaza tan solo un año.

                Maestro de capilla de la catedral de Burgos
                Proceso de elección
El doce de abril de 1729 las actas capitulares de la catedral de Burgos recogen la muerte del anciano maestro de capilla, Manuel Egüés (cuyo nombre completo era Manuel de Conejos y Egüés)[5]. Fue el organista Diego Arceo (o Arcedo) el que mientras tanto suplió la plaza de maestro de capilla. En junio de ese mismo año el cabildo de Burgos recibe una carta de Francisco Hernández Illana, maestro entonces del Colegio del Corpus Christi de Valencia, ofreciéndose como maestro de capilla[6]. Esta carta parece que venía precedida de las gestiones del sochantre Blas Ferrero y quizá de algunos miembros más del cabildo, puesto que el señor fabriquero apoyó su elección como maestro de capilla dada la “gran destreza en la música moderna” que, según varios informes que habían sido enviados, mostraba el solicitante. El sochantre Blas Ferrero fue quien previamente había avisado a Francisco Hernández Illana de que el magisterio de capilla de la catedral de Burgos se encontraba vacante, informándole además de las condiciones de tal puesto. Así, en el acta del 26 de junio de 1729 se dice:
que cuanto al sujeto a propósito para proveer la plaza estaban dichos señores muy informados de serlo el de Valencia, que había escrito e insinuado su inclinación por mano de el sochantre Ferrero, quien, como otros inteligentes, aseguraban ser de la primera habilidad[7]
                Años más tarde, en 1744, al cambiar el cabildo las obligaciones que debía cumplir maestro de capilla, éste se queja porque las nuevas obligaciones que se le imponían no coincidían con las condiciones que le había señalado Blas Ferrero al venir.  Las actas dicen en concreto:
Leyóse un memorial del maestro de capilla en que expresa haber venido a servir el magisterio de esta santa iglesia con las cargas, emolumentos y honores que se le hicieron saber por la diputación y medio de don Blas Ferrero, y habiendo cumplido en lo que ha estado a su cuidado catorce años, experimenta habérsele gravado algo más”[8]
                Blas Ferrero había sido previamente tenor o sochantre en la catedral de Astorga, hasta que en abril de 1726 fue nombrado sochantre “de noche” de la catedral de Burgos. En Astorga debió conocer a Francisco Hernández Illana y también a su hermano, el instrumentista José Vicente Hernández Illana. Así, en 1730, ante la necesidad de un bajonista, el cabildo acordó lo siguiente:
que don Blas Ferrero, de orden del señor fabriquero, escriba al dicho hermano del maestro de capilla se presente en esta ciudad a ser oído y venga para poder asistir en la función del Corpus[9]
                Ante los buenos informes iniciales, el cabildo de Burgos se plantea llamar a Francisco Hernández Illana directamente para ocupar el magisterio de capilla, ahorrándose con ello los gastos que implican las oposiciones. Después de consultarlo con el arzobispo, el cabildo cree “conveniente excusar gastos a la fábrica en las ayudas de costa que necesariamente había de seguirse de convocar por edictos a concurso formal, cuando se podía asegurar el acierto llamándose a uno de cuya habilidad y prendas se tuviesen buenos informes[10]. Se acuerda escribir a “persona de confianza” pidiéndole informes sobre el maestro. A finales del mes de octubre, el cabildo lee una carta escrita desde Valencia por don José Ruiz, informando de la “habilidad y buenas prendas de don Francisco Hernández, maestro de capilla en el Colegio del Patriarca[11]. A la vista de tan buenos informes, se acuerda escribir al maestro para que venga con la mayor brevedad.
                A finales de noviembre se lee una carta de don Francisco Hernández Illana avisando que “tiene resuelto su viaje para esta ciudad [a Burgos] para el día 20 del corriente, deseoso de emplearse cuanto antes en servicio del Cabildo[12] y a principios de diciembre se tiene constancia de que está ya en Burgos[13].
                En ese momento se ordena que “libren edictos con el término que les pareciere, admitan oposiciones, califiquen sus personas, hagan el examen y todo lo demás necesario hasta poner en estado de la real provisión[14]. Esta orden parece, a primera vista, una contradicción con lo dispuesto con anterioridad: el cabildo había llamado directamente a Francisco Hernández Illana con el fin de no hacer oposiciones y ahorrarse así los gastos que éstas conllevaban. Sin embargo, todo indica que las oposiciones que se organizaron tras llegar Hernández Illana a Burgos no fueron más que un modo de guardar las formalidades del nombramiento. Así, tan solo cuatro días después de la orden, se da por terminado el plazo para la admisión de opositores. Y, como era de esperar, tan solo se presentó un opositor: Francisco Hernández Illana. Se nombraron como examinadores a don Pablo de Borea, tiple, y a don Diego de Arcedo, organista[15]. Tres días después, el 12 de diciembre de 1729, se llevó a cabo la ceremonia de posesión, después de que los examinadores declarasen la habilidad y suficiencia del opositor y después de que los canónigos votasen a favor “in voce, y por aplauso, nemine discrepante[16].
                En el momento de su elección, a Francisco Hernández Illana le sorprende que la prebenda del magisterio de capilla no sea de 1000 reales, tal como se le había informado (posiblemente le habría informado el sochantre Blas Ferrero por carta), sino de 500 reales. Efectivamente, en el acta capitular del 26 de septiembre de 1729 se lee que, siendo una de las principales cargas del maestro de capilla alimentar y enseñar cuatro mozos de coro, antiguamente percibía 1000 reales, pero que últimamente solo percibía 500 reales, ya que no tenía a su cargo a los mozos de coro[17]. El cabildo entonces le avisa que se le admite “con los mismos honores, carga y obligación que tuvo su antecesor al tiempo y cuando murió”, es decir, con la pensión de 500 reales y no de 1000.
                Es interesante reproducir en su totalidad el texto del acta de su toma de posesión:
quedó el dicho don Francisco Hernández Illana electo por maestro de capilla perpetuo de esta santa iglesia, con todos los emolumentos, honores, preeminencias, silla alta de canónigo, altar, cebada para mula o caballo si le tuviera que han gozado sus antecesores, y con la obligación en pagar en cada un año quinientos reales de vellón, los mismos que pagó hasta el fin de su vida el referido don Manuel de Egüés, como carga de dicho magisterio, con que se mandó entrar y entró en cabildo el dicho don Francisco Hernández Illana, y puesto ante el señor presidente se le hizo relación de dicha elección, con las condiciones y cartas expresadas, de que dijo estaba entendido, y en su conformidad juró in verbo sacerdotis y en toda forma de guardar y cumplir los estatutos antiguos y modernos de esta santa iglesia, la concordia llamada alejandrina y ejecutoriales en torno a ella librados, de pagar frutos de año y medio y medio tiempo de todas las dignidades rurales, préstamos y beneficios simples que en dicha santa iglesia y su arzobispado tuviere por cualquiera título o razón, excepta causa permutationis, de guardar y defender en público y secreto el ministerio de la Purísima Concepción de Nuestra Señora la Virgen María, concebida sin pecado original, obediencia al Cabildo y sus jueces, y de hacer y cumplir todo lo que han dicho y debido hacer sus predecesores, y a la conclusión de dicho juramento dijo: ‘Sí, juro’  y ‘Amén’, con lo cual se le mandó dar la posesión, y luego yo, el dicho secretario, llevé al referido don Francisco Hernández Illana al coro mayor de esta santa iglesia y en el del señor deán le señalé la última silla alta de señores canónigos, en la cual se sentó y derramó cantidad de monedas, en señal de posesión, y de haberla tomado quieta y pacíficamente y sin contradicción alguna, lo pidió por testimonio, siendo testigos Pedro Huerta y Francisco Páramo, porteros de esta santa iglesia, de que doy fe y firmé. Francisco Antonio Huidobro, secretario”[18].

                Canonicato anejo al magisterio de la capilla
                En la catedral de Burgos el magisterio de capilla tenía asociado una canonjía, lo que hacía que fuera un puesto especialmente deseado por los músicos. Sin embargo, no se trataba de una canonjía de pleno derecho. Así, por ejemplo, en 1731 el canónigo Santola se quejó de que el maestro de capilla se hubiera sentado en la sala capitular “con preferencia a la clase de señores racioneros” […] “ocupando el lugar después del señor canónigo más moderno[19] A juicio del señor Santola, esto no debería ocurrir, ya que la prebenda de que disfrutaba el maestro de capilla no era colativa ni perpetua, sino simplemente un salario que recibía por gracia del cabildo. Pocos días después se expuso el informe de los archivistas sobre este asunto, tomando como referencia lo aprobado en el cabildo el 12 de agosto de 1583. Los archivistas informaron que, a súplica del cardenal Pacheco y de los señores Deán y Cabildo de la catedral de Burgos, el papa Pío V[20] suprimió un canonicato para que con su valor se pagase el salario de un “cantor en arte, música y de órgano”, que se hallase ordenado de orden sacro y se llamase maestro de capilla, que tendría así hábito y asiento de canónigo, “pero no voz ni voto, ni ingreso en el capítulo, para que pudiese así mejor asistir al coro y enseñar el canto, con la carga de mantener en su casa cuatro mozos de él[21] Así pues, la canonjía anexa al magisterio de capilla significaba “tener hábito, silla y nombre de canónigo en el coro”, pero no tener “voto ni ingreso en el capítulo, para poder hacer así mejor su oficio”. Los archivistas aclararon otro aspecto más: la silla de canónigo del maestro de capilla “ha de ser la que se señalare al tiempo de su nombramiento, sin poder mejorarse en antigüedad”, como sucedía en el caso de los demás canónigos. El cabildo acordó finalmente, según el informe de los archivistas, que el maestro de capilla podría disfrutar de:
todos los honores y preeminencias instar canonici, menos la voz, voto e ingreso al capítulo, excepto en los casos que el Cabildo lo necesite para oírse sobre puntos de su ministerio, o otros encargos que le haga, y en éstos deberá ocupar el sitio privativo que le corresponde por su magisterio, que es después del señor canónigo más moderno[22]

                “Gran destreza en la música moderna
                Hemos visto cómo en junio de 1729 el señor fabriquero apoyó la elección de Francisco Hernández Illana como maestro de capilla porque el solicitante poseía, según varios informes que le habían sido enviados, una “gran destreza en la música moderna”. Esta “música moderna” se refiere, sin duda, al estilo italiano, que en esta época aún no era practicado en la capilla de música de la catedral de Burgos. El anterior maestro de capilla, Manuel Egüés, había nacido en 1654 y, por lo que conocemos de su música, no compuso arias da Capo ni empleó una instrumentación a la italiana.
                Francisco Hernández lllana demuestra ya un perfecto conocimiento del estilo italiano  en su etapa de maestro de capilla de Astorga, como se observa en sus dos oratorios conservados de esta época, que están estructurados a base de pares de recitados y arias. Posteriormente, en su etapa de maestro de capilla del Corpus Christi de Valencia, Hernández Illana coincidió con el músico Francisco Corradini, que desde otoño de 1728 era maestro de capilla del Príncipe de Campoflorido, capitán general de Valencia. Corradini fue el introductor de la ópera italiana en Valencia, dirigiendo el 25 de octubre de 1728 una ópera que se llamó Folla Real (obra que, en realidad, era el intermedio Serpilla e Bacocco de Antonio Salvi[23]) y componiendo posteriormente El emperador Otón en un real sitio cerca de Roma, ópera interpretada en Valencia el 19 de diciembre de 1729, cumpleaños del rey Felipe V[24]. El contacto con Corradini explica que halla dos cantadas humanas de este compositor en el Manuscrito de cantadas humanas y divinas (Astorga, sig. 19-17), confeccionado por Hernández Illana[25].
                La copia de música italiana era un modo de estar al tanto de las novedades musicales del momento. Se han conservado algunas copias de obras de músicos italianos realizadas por Hernández Illana. Un ejemplo de esto es una misa que se encuentra en el archivo de música de la catedral de Astorga (signatura 37-71) a cuatro voces, dos violines, dos oboes y acompañamiento. La partitura es anónima y está copiada por Hernández Illana, como puede apreciarse por la grafía. La obra en realidad es de Giovanni Alberto Ristori (1692-1753). Otra copia de esta misa se conserva en Praga, en la iglesia “Rytířský řád křižovníků s červenou hvězdou”, en un manuscrito fechado en 1734, signatura CZ-Pkřiž/XXXV (149), cuyo título es el siguiente: “Messa | a 4. Voci Conc.e | 2 violini | 1 viola | 2 Corni di Caccia Conc:i | & | organo | Del Sigre Compositore | di S: M: di Polonia”. Comparando la versión de Astorga con la descripción del manuscrito de Praga, se observan las siguientes diferencias: a) la versión de Astorga solo consiste en el Kyrie y el Gloria de la misa; b) en la versión de Astorga está suprimida la “Sinfonía” que precede al Kyrie; c) en la versión de Astorga se han sustituido las dos trompas originales por dos oboes; d) en la versión de Astorga se ha suprimido la parte de viola. Por tanto, la copia realizada por Hernández Illana de la misa de Ristori es una adaptación de la obra a la plantilla y usos de la catedral de Burgos, eliminando la viola y sustituyendo las trompas solistas por oboes.
                Otro ejemplo de copia y uso de música italiana por parte de Hernández Illana  está incluida en la presente edición de cantadas al Santísimo. Se trata de la cantada No en esas once esferas, escrita para tiple, dos oboes, dos violines y acompañamiento. Esta obra se encuentra en la colección de borradores al Santísimo de 1762 copiados por Francisco Hernández Illana (Astorga, signatura 37-33). La partitura indica que el autor de la obra es “Monza”, que debe tratarse del compositor milanés Carlo Ignazio Monza (1735-1801). La cantada posiblemente se trate de una adaptación de algún fragmento de ópera de este compositor. Diego Pérez de Camino, discípulo de Hernández Illana y que en 1762 aún se encontraba en Burgos como mozo de coro, utilizó para las fiestas del Corpus de 1767 celebradas en Santo Domingo de la Calzada, de cuya catedral era entonces maestro de capilla, el mismo texto y algunos de los motivos de la cantada de Monza[26].

Enfermedades
                Francisco Hernández Illana gozó de muy mala salud y son frecuentes las peticiones de “punto de cuartanario” al cabildo por enfermedad. Así, las actas del 30 de octubre de 1730 informan de un memorial del maestro de capilla en que se dice que ha estado mes y medio padeciendo “una penosa enfermedad, que le ha dejado muy debilitado de fuerzas e incapaz de asistir a la iglesia con la frecuencia que le es precisa y desea[27]. Presentando el certificado correspondiente, pidió que se le concediese el “punto de cuartanario”, esto es, que se le apuntase como presente al coro aunque no asistiera, ya que su falta estaba justificada por enfermedad. Las actas indican, además: “Se le concedió por esta vez y de gracia, para su total convalecencia, un mes de recreación[28]
                Francisco Hernández Illana hizo votos de ir en romería al santuario mariano de Valvanera (La Rioja) para reponerse de sus enfermedades. Durante los años 30 se leen en las actas capitulares de la catedral de Burgos algunas peticiones al cabildo para ir a Valvanera. Así, por ejemplo, en un acta de 1734 se lee:
Leyóse otro memorial de don Francisco Hernández Illana, canónigo y maestro de capilla en esta santa iglesia, por el que expuso cómo, en la última enfermedad que padeció, hizo promesa de ir en romería a visitar el santuario de Nuestra Señora de Valvanera, y estando el tiempo tan favorable y teniendo oportunidad de compañía, suplicaba se sirviese concederle su permiso y licencia[29]
                Meses después, en septiembre de 1734, pide permiso para irse al mar a bañarse, como le han aconsejado “el médico y cirujano latino” […] “para lograr alivio en los accidentes que padece”. El cabildo le concedió un mes de licencia[30]
                Las referencias a enfermedad a partir de 1773 son continuas hasta la fecha de su muerte. Veamos, en concreto, lo que se dice en el acta del 19 de abril de 1773:
Leyóse otro memorial de don Francisco Hernández Illana, canónigo maestro de capilla de esta santa Iglesia, en que dice ha padecido una gran destemplanza de cabeza, haciendo decúbito al pecho, cuyo accidente le ha dejado tan débil que no puede cumplir con su obligación, por lo cual a V.S. suplica se le conceda punto de cuartanario; y leída la certificación jurada de don Juan de Dios Valderrama y don José Monleón, médico y cirujano en esta ciudad, en que exponen que el susodicho ha padecido una fuerte cefalalgia, que desprendiéndose a el pecho hizo una fuerte congestión puriforme que a fuerza de medicamentos se ha podido lograr cuasi su evacuación, pero aunque sigue aún todavía mediante una tos fuerte que siempre le ha acompañado, como también la vigilia cuasi continua, le ha quedado muy debilitada la cabeza, para cuya corroboración y su total alivio (supuesta su avanzada edad) son de sentir evite todo género de oficio violento de cabeza, huya de frialdades y use de un ejercicio moderado y correspondiente a sus pocas fuerzas[31]
                Durante los años 1775 y 1776 son continuas las peticiones de “puntos de cuartanario” por sus enfermedades. Las actas capitulares señalan que Hernández Illana padecía “destemplanza de cabeza” y “debilidad de piernas”. Finalmente, el 23 de agosto de 1776 el cabildo resolvió que, para no molestar con continuos memoriales, se concediese al maestro de capilla “el punto de cuartanario perpetuo”.
                A pesar de su enfermedad, Hernández Illana siguió componiendo música para las principales festividades de la catedral de Burgos, pues conservamos los borradores de las obras que compuso para el Corpus del año 1777[32] y los borradores de los villancicos que compuso para la Navidad del año 1778[33].


                Villancicos y oratorio de Santa Tecla
                El arzobispo de Burgos, Don Manuel de Samaniego y Jaca, financió la construcción de una capilla en la catedral de Burgos dedicada a Santa Tecla. En 1736 finalizaron las obras y a finales de junio y principios de julio de ese año se festejó la colocación de la imagen de la santa en la nueva capilla. Entre las numerosas celebraciones destacó un gran oratorio con música de Francisco Hernández Illana. Además del oratorio, el maestro de capilla tuvo que componer diversas cantadas y villancicos que se interpretaron durante las ceremonias religiosas.
                A finales de mayo de 1736, Hernández Illana, que, como hemos visto, desde 1730 padecía frecuentes dolencias, pidió al cabildo que le excusase de asistir al coro, puesto que, debido a su estado de salud, no había tenido tiempo para componer los villancicos y el oratorio de Santa Tecla. Las actas dicen lo siguiente:
Don Francisco Hernández Illana, canónigo maestro de capilla de esta santa iglesia, presentó un memorial por el que expuso al Cabildo cómo, a causa de su dilatada enfermedad, no había podido poner en música el oratorio y villancicos que se han de cantar en la colocación de Santa Tecla, y hallándose tan próxima la función y siendo preciso el tiempo que resta, suplicaba al Cabildo le concediese el punto de algunos días y le dispensase de la residencia del octavario del Corpus, pues procuraría no hacer falta en él siempre que considerase precisa su asistencia”[34]
                El cabildo finalmente le concedió el punto de cuartanario para la composición de la música para las fiestas de Santa Tecla[35].
                El libreto del oratorio se publicó y una copia de él se conserva en la Biblioteca Nacional de España, con la signatura VE/1338/6. El título del libreto es el siguiente:
Oratorio a la colocación de la gloriosa Virgen, y Proto-Martyr Santa Tecla, en su nueva capilla, hecha a expensas de el Ilustrissimo Señor Don Manuel de Samaniego y Jaca, Arçobispo de Burgos, de el Consejo de su Majestad, en su metropolitana Santa Iglesia, año de 1736, reducido a concepto músico por D. Francisco Hernandez Yllana, Canónigo, y Maestro de Capilla de dicha Santa Iglesia. Interlocutores, el pueblo de Burgos, y los 12 signos de el Zodíaco
                Al año siguiente de la celebración de las fiestas, se publicó una descripción de ellas escrita por Fray Pablo Mendoza de los Ríos. El título de esta publicación es el siguiente:
“Epítome de la portentosa vida, y milagros de la gran Virgen y Proto-Martyr Sta. Tecla, y descripción de las magníficas y sumptuosas Fiestas, a la Colocación de esta Imagen, en su Nueva Maravillosa Capilla, inclusa en la Santa Metropolitana Iglesia de Burgos, construida a expensas de el Ilustrísimo Señor, Don Manuel de Samaniego y Jaca, su dignísimo Arzobispo, de el Consejo de su Majestad, &c. Que dedica, y consagra a su Señoría Ilustrísima su Autor, Fr. D. Pablo Mendoza de los Ríos, de el Hábito de San Juan, y Prior de Santa María de Castrelo, encomienda de Quiroga. Impreso en Burgos: En la Imprenta de los Herederos de Juan de Villar. Año M. DCC. XXVII.”
                Según esta descripción, las fiestas comenzaron el día 29 de junio de 1736 y concluyeron el día 6 de julio. El oratorio se cantó la tarde del 30 de junio. Además del libreto del Oratorio a Santa Tecla, la descripción escrita por Fray Pablo Mendoza de los Ríos incluye también las letras de los villancicos que se cantaron en las diversas ceremonias, cuya música, por desgracia, no se ha conservado. En la descripción de Fray Pablo Mendoza de los Ríos se informa que, además de los músicos de la capilla de la catedral de Burgos, participaron en las fiestas músicos de la capilla del convento de las Huelgas de Burgos, músicos del real convento de la Encarnación de Madrid y otros músicos procedentes de diversos lugares, entre los que destacó un bajonista de la catedral de Toledo:
[pag. 115] CAPILLA DE MÚSICA DE ESTA Santa Iglesia. La música de esta Metropolitana Iglesia, tan admirada de muchos como de pocos competida, ya por lo exquisito de su ingeniosísimo Maestro, preferencia de sus amables voces, pasmo de sus órganos, con todos los demás antiguos y modernos instrumentos, y ya por el superior método de su tarea, tributara gloriosos desempeños al séquito de estas festividades sin la precisión de más capillas. Pero  aspirando al mayor, al imponderable exceso de estos cultos, concurrieron obsequiosos los músicos de la Capilla de Santa María la Real de las Huelgas, cerca de esta ciudad de Burgos, asistencia que, por debida a la dignación de la primera entre las preladas, admirada de todas, la ilustrísima señora, mi señora doña Teresa de Badarán y Osinaldi, dignísima abadesa de aquel real monasterio, ofreciera venturosos principios al aplauso, sin lo sonoro de tan perfectas voces.
MÚSICOS DE LA REAL CAPILLA DE LAS Señoras de la Encarnación de Madrid. Cedió sus primeros violines al crédito de estas solemnidades el religiosísimo y real convento de las Excelentísimas señoras de la Encarnación de Madrid, franqueando a un tiempo los primorosos tiples y tenores de aquella famosísima capilla, todas, en fin, las más ruidosas voces, para aumentar la perpetuidad de tan gloriosas fiestas.
[pag. 116] VARIOS INSTRUMENTOS MÚSICOS de Madrid y otras partes. Añadióse a esta armonía el bélico estruendo de trompas y clarines, los que en medio de sus marciales delicados ecos, nunca estuvieron más bien escuchados de la Fama que en el empleo de tan sacros triunfos. Admiróse, como especial entre los de España, uno de los bajones de Toledo, pero como no disonaron los demás de este dificultoso ejercicio, se compartió entre todos el aplauso”.
                Este pasaje de la descripción de Fray Pablo Mendoza, que está dedicado a los músicos que asistieron a las celebraciones de Santa Tecla, concluye con un elogio al maestro de capilla:
“[pag. 116] CONCORDANCIA DEBIDA A LAS direcciones de su mejor Maestro. Asistían otras muchas voces e instrumentos de Navarra y Castilla, todos tan perfectamente arreglados como de la más diestra mano dirigidos, pues para que ni la composición se compitiese ni el compás más medido se extrañase, se aventajó a sí mismo Don Francisco Hernández Yllana, singularísimo compositor entre los mejores y canónigo y maestro de capilla de esta santa Iglesia”
               
                Nuevas obligaciones del maestro de capilla
                En septiembre de 1743 el cabildo revisó las obligaciones del maestro de capilla en cuanto a la enseñanza de los mozos de coro y otros beneficiados y capellanes. El texto completo de las actas capitulares es el siguiente:
[Las obligaciones] “se reducen a que el maestro tiene obligación de enseñar canto de órgano y contrapunto, teniendo ejercicio en esto a los mozos de coro, así en su casa como en la iglesia, enseñándoles buena crianza, que tengan recogimiento, atención en el coro, que confiesen y comulguen a sus tiempos, y que cada día que no fuere fiesta o no hubiere de cantar en el coro es de su obligación estar por la mañana dos horas y por la tarde desde que comienzan vísperas hasta acabar completas, enseñando a todos los beneficiados que quisieren ir, capellanes del número y capilla, pero especialmente a los mozos de coro, así canto llano como de órgano, y a los que tuvieren habilidad contrapunto, pero en cuanto a los mozos de coro sea la enseñanza a las horas que menos falta hagan en el coro, conformándose en esto con el parecer de los sochantres y maestro de ellos, dando a cada uno lección conforme el talento y este modo que aprovechen, y que por esta enseñanza no ha de llevar cosa alguna, pero si alguno, fuera de los referidos, quisiere que les enseñe, pueda llevar su premio, y si el poner quien supla la falta, en aprobándola por tal el Cabildo, pues sin su expresa licencia no puede hacer ausencia de la iglesia, y haciendo alguna falta en esto sea castigado con la pena de cuatro reales, la cual crezca por la orden de las demás puestas, y se encargue a los señores apuntadores mayores visiten la capilla del canto, y no hallándole ocupado le apunten la dicha pena, dando noticia al Cabildo si en esto se descuidare, para que se aumente la pena[36]
                Francisco Hernández Illana consideró que estas condiciones no eran las estipuladas al venir a Burgos y amenazó con irse a la catedral de Palencia, donde ya le habían conferido el magisterio de capilla, si no se le reducían las nuevas cargas. Las actas del 17 de enero de 1744 dicen lo siguiente:
Leyóse un memorial del maestro de capilla en que expresa haber venido a servir el magisterio de esta santa iglesia con las cargas, emolumentos y honores que se le hicieron saber por la diputación y medio de don Blas Ferrero, y habiendo cumplido en lo que ha estado a su cuidado catorce años, experimenta habérsele gravado algo más, por lo que le es preciso exponer a V.S. ha merecido al Cabildo de Palencia le haya conferido el magisterio de aquella iglesia, cuyo empleo no ha aceptado, deseando en un todo el mayor obsequio de éste, aunque sin menoscabo de sus conveniencias ni restricción de su libertad, en cuyo supuesto ha de merecer se le releve de lo que se le ha pensionado, declarando ser solo de su obligación lo que expuso al tiempo de su venida y deber percibir íntegramente lo que entonces se le ofreció, lo que le compelerá al más exacto cumplimiento de su ministerio[37]
                En las actas del 22 de enero de 1744 se informa que Francisco Hernández Illana se quedaba finalmente en la catedral de Burgos, si bien no sabemos si el Cabildo le redujo o no las obligaciones que debía cumplir.
                Ese mismo año de 1744 intentó Illana obtener la plaza de maestro de capilla de la catedral de Santiago de Compostela. El cabildo de esta catedral acordó el 27 de junio de 1744 que se pidiera a los maestros aspirantes a la plaza que compusiesen determinadas obras para luego examinarlas. El 8 de agosto de ese año el cabildo, una vez recibidas las obras, ordenó a los músicos que comenzasen a ensayarlas para que las cantasen en el coro. Finalmente, el 30 de octubre se celebró la votación, quedando Francisco Hernández Illana eliminado en la segunda tanda de votaciones.

              Muerte de Francisco Hernández Illana
Baltasar Saldoni, en Efemérides de Músicos españoles, indica que Francisco Hernández Illana murió en Burgos el 9 de mayo de 1780. Nos dice, además, que fue el último maestro de capilla de la catedral de Burgos que disfrutó de una canonjía, siendo su sucesor, Antonio Abadía, tan solo un racionero. El texto completo de Saldoni es el siguiente:
“[9 de mayo] 1780 Muere en Burgos el presbítero D. Francisco Hernández y Llana, maestro de Capilla de la catedral de dicha ciudad, habiéndolo sido antes del Colegio del Patriarca en Valencia; fue además el último maestro de Capilla que tuvo la categoría de canónigo, en cuyo tiempo se hizo en la expresada iglesia catedral de Burgos la resumpción [sic] de prebendas, y por Bula de Benedicto XIV quedó reducido el magisterio a la categoría de racionero, aunque con la renta que antiguamente correspondía a una canonjía, y que por la misma Bula se reguló en dos tercios de una canonjía de las nuevamente reducidas, en cuyo concepto, y previa oposición, se proveyó en 27 de noviembre de 1780 en D. Antonio Abadía. El antecesor de Hernández en el citado magisterio, lo fue don Manuel Egüés[38].
El 10 de mayo de 1780 las actas del cabildo informan de la defunción del maestro de capilla y de las disposiciones de su testamento. El acta completa es la siguiente:
“Muerte del maestro de capilla. En la santa iglesia metropolitana de Burgos, a diez de mayo de mil setecientos y ochenta, capitularmente congregados los señores deán y Cabildo della, como lo tienen de uso y costumbre, según el estatuto y su pena, llamados por su portero mayor, José Álvarez, dicho señor deán dijo había suplicado a V.S. se juntase con motivo de haber fallecido el maestro de capilla, y leído un testimonio de hoy, a pedimento del señor don Andrés Pérez Bracho, por Jacinto Álvarez, escribano de S.M. y del número de esta ciudad, del que consta que en ella ante sí el día 26 de mayo de 1777 don Francisco Hernández Illana, presbítero, canónigo maestro de capilla en la citada santa iglesia, otorgó su testamento, por el cual mandó que su cadáver fuese sepultado con vestiduras sacerdotales en la capilla de Nuestra Señora de los Remedios de dicha santa iglesia, y sepultura del nº 27, suplicando con el más humilde rendimiento a los señores deán y Cabildo de ella se sirviesen asistir a su entierro y honras y mandar que se celebrase por beneficio de su alma con la mayor puntualidad los sufragios y misas que se han acostumbrado hacer y celebrar por cada señor prebendado difunto de terciopelo, dignándose perdonarle los muchos defectos y omisiones que hubiese podido cometer en su servicio, que celebrasen a beneficio de su alma los señores prebendados de terciopelo de dicha santa iglesia doscientas misas rezadas, las ciento en el altar de San Gregorio de ella y las ciento restantes en el que gustasen, y que por cada una se les diese de limosna cuatro reales de vellón, nombrando por sus testamentarios y cabezaleros a los señores don Andrés Pérez Bracho y don Antonio Carrillo y Gutiérrez, canónigos de la misma santa iglesia, con la cláusula de in solidum, e instituyéndoles por sus únicos e universales herederos para que invirtiesen sus bienes en la disposición y forma que comprendiese una memoria, que dejaría firmada de su puño y letra (a que se remite en dicho testamento) y les dejaría comunicado y explicado como resulta, y otras cosas más por extenso del citado testamento, que queda en el registro de escrituras del mencionado año, de que da fe y a que se refiere; en su vista, tratádose y votádose se acordó que se haga el entierro mañana por la mañana y se cometió a la superintendencia de ceremonias para que den las providencias correspondientes a este fin, y que se celebren las expresadas doscientas misas”[39]



[1] Acuerdos de la Junta extraordinaria de Hijosdalgo de Elorriaga, 11/07/1767, ES AJHE 01003 SER-A DCO-A11 DSI-134, folio 129 v – 131 r.
[2] El pleito de la Real Chancillería de Madrid puede consultarse en el Archivo Histórico Nacional, Sala de Hijosdalgo, Legajo 975, Número 35, Expediente 9.993, ES.47186.ARCHV/1.5.4//SALA DE HIJOSDALGO,CAJA 975,35.
[3] Inscripción de la Familia Illana, 1773, 31/03/1773,  ES AJHE 01003 SER-A DCO-A6 DSI-27, folio 130v-131 r.
[4] Jaume Garau, Joan Parets creen que el libreto se imprimió en Mallorca en 1727. Véase el artículo de los autores: “Oratorios mallorquines de los siglos XVI y XVIII”, en Música y Literatura en la península ibérica, 1600-1750, Valladolid, V Centenario Tratado de Tordesillas, 1997, pag. 328. Un libreto de este oratorio se encuentra en Montserrat con el título: La sobervia, abatida por la humildad de San Miguel: Oratorio sacro, que cantarà la Congregación de San Felipe Neri de la Ciudad de Palma. A mano está indicado que se ejecutó el 19 de marzo de 1741, aunque esta indicación puede referirse a la fecha de ejecución del oratorio en Monserrat. Véase Daniel Codina, Catáleg dels villancicos i oratoris impresos de la Biblioteca de Montserrat: segles XVIII-XIX, pag. 207. El libreto indica también que el autor era “presbítero, maestro de capilla de la Iglesia Cathedral de Astorga”. Por otro lado, Antonio Moreno, en su volumen de la Historia de la música española dedicado al siglo XVIII, escribe lo siguiente: “Finaliza esta serie de folletos encuadernados, que se conservan en el archivo del padre Otaño en Loyola, con el de Francisco Hernández de Illana, titulado La soberbia abatida por la humildad de San Miguel, que se cantó en 1728”. Véase: Historia de la música española, Vol. 4, Alianza, Madrid (1983), pag. 183.
[5] Actas del Cabildo de Burgos, 12-4-1729, en José López Calo, La música en la catedral de Burgos, Documentario musical, Caja de Ahorros del Círculo Católico, Burgos (1996), Vol. VI, pag. 107.
[6] Actas 27-5-1729, en Ib., pag. 109.
[7] Actas 26-9-1729, en Ib., pag. 110.
[8] Actas 17-1-1744, en Ib, pag. 221.
[9] Actas 8-5-1730, Ib., pag. 116.
[10] Actas 3-10-1729, Ib., pag. 111.
[11] Actas 31-10-1729, Ib., pag. 111.
[12] Actas 28-11-1729, Ib., pag. 111.
[13] Actas 5-12-1729, Ib., pag. 112.
[14] La mismas actas, 5-12-1729, Ib., pag. 112.
[15] Actas 9-12-1729, Ib., pag. 112.
[16] Actas 12-12-1729, Ib., pag. 113.
[17] Actas 26-9-1729, Ib., pag. 110.
[18] Actas 12-12-1729, Ib., pag. 113.
[19] Actas 25-5-1731, Ib., pag. 125.
[20] Papa de 1566 a 1572.
[21] Actas 1-6-1731, Ib., pag. 126-127.
[22] La misma acta capitular del 1-6-1731
[23] Andrea Bombi, “… Imitar las cadencias italianas. El recitativo en Valencia antes de la ópera”, en La ópera en España e Hispanoamérica, ICCMU, Madrid (2001), pag. 131.
[24] Juan José Carreras, “Amores difíciles: la ópera de corte”, en La ópera en España e Hispanoamérica, ICCMU, Madrid (2001), pag. 210.
[25] Véase mi edición de: Francisco Hernández Illana, Manuscrito de cantadas humanas y divinas, Fundación Gustavo Bueno, Santo Domingo de la Calzada (2010).
[26] El borrador de esta cantada de Diego Pérez de Camino se encuentra en el archivo de la catedral de Calahorra, sig. 11/38, y las particellas de esta obra se encuentra en el archivo de la catedral de Santo Domingo de la Calzada, sig. 33/13. Esta cantada está editada en el volumen 2 de la Obra selecta de Diego Pérez de Camino, Fundación Gustavo Bueno, Santo Domingo de la Calzada (2010).
[27] Actas 30-10-1730, en La música en la catedral de Burgos, Vol VI, pag. 120.
[28] La misma acta capitular del 30-10-1730
[29] Actas 5-7-1734, Ib., pag. 165.
[30] Actas 13-9-1734, Ib., pag. 169.
[31] Actas 19-4-1773, Ib., pag. 345.
[32] En el archivo de Calahorra, signatura 11/64 al 11/72. Estos borradores están catalogados en el archivo de la música de la catedral, realizado por José López Calo, como obras de su discípulo Diego Pérez de Camino. Sin embargo, la grafía es inconfundiblemente de Francisco Hernández Illana, así como el estilo. Véase José López-Calo, La música en la catedral de Calahorra, Gobierno de La Rioja, Logroño (1991), pags. 88-90.
[33] El villancico de Kalenda y el primer villancico de este año están en el archivo de Astorga en la signatura 6-38. Véase José María Álvarez Pérez, Catálogo y estudio del archivo musical de la catedral de Astorga, Instituto de música religiosa de la diputación provincial de Cuenca, Cuenca (1985), pag. 59.
[34] Actas 28-5-1736, en La música en la catedral de Burgos, Vol. VI, pag. 184.
[35] Actas 1-6-1736, Ib., pag. 184.
[36] Actas 27-9-1743, en La música en la catedral de Burgos, Vol. VI, pag. 219
[37] Actas 17-1-1744, Ib., pag. 221.
[38] Baltasar Saldoni, Efemérides de Músicos españoles, así profesores como aficionados, Imprenta La Esperanza, Madrid (1860), pags. 56 y 57.
[39] Actas 10-5-1780, en La música en la catedral de Burgos, Vol. VII, pag. 35.


Texto tomado de las introducciones de las siguientes publicaciones:

Cuaderno de cantadas humanas y divinas, ed. crítica de Raúl Angulo, Fundación Gustavo Bueno, Santo Domingo de la Calzada (2ª edición, 2013)
Cantadas al Santísimoed. crítica de Raúl Angulo, Fundación Gustavo Bueno, Santo Domingo de la Calzada (2013)